Quiebre de la Paz, ilustraciones del 2016

Quiebre de la Paz, ilustraciones del 2016.
por Reimer Romero


Combatiente Kurdo en la ciudad siria de Kobane (AFP 2016/Bulent Kilic) 

Cuando  está a punto de acabar el año 2016, como muchos de nosotros, me dió por reflexionar. Muchas cosas me pasan por la cabeza, un retorno decoroso, unos hijos que alimentar y educar, mi trabajo, mi familia, unos seres queridos que luchan por su salud, un país en ruina, el calentamiento global,  un mundo bipolar. Por Dios, son muchas cosas, pero como no puedo resolver sino mi entorno, pues me quedo con mi familia, y la fortuna que tengo de tenerlos cerca y las potencialidades que tenemos cada uno y cada ciudadano que vive en esta Tierra. Por otro lado, no dejo de pensar en aquellas familias que no cuentan con esa fortuna; la fotos que les comparto -porque este blog es de fotografía- son una ilustración de la pesadilla que están pasando muchas familias en este mundo. Algunas de ellas ilustran la consecuencias de la guerra en Siria, el cual, es el único país que no concretó la "primavera árabe", pero que ahora se encuentra devastada por la guerra.

Migrante sirio arribando a las costas Griegas, su rostro expresa el pánico no solo por haber sobrevivido a fuertes vientos en un mar frío sino por la cruenta guerra Siria. Ganadora del premio Pulitzer-2016  (Tyler Hicks, NYT)


 Quizás sea claro que este no es el único país en guerra, quizás sea claro que sea desde Siria y no desde Yemen que provenga el gran volumen de información que nos llega sobre una guerra. Lo que si me queda claro es quienes, desde sus despachos, organizan y financian esta guerra, tiburones o perros de la guerra. ¿Que tan lejos está Venezuela de Siria? y no me refiero geográficamente. La diferencia cultural entre Siria y Venezuela es notable y eso es crucial en este tema. Para mi es difícil compartir fotos de cenas, pesebre o arbolitos, porque creo que el mejor regalo de navidad que he de recibir es la salud y el bienestar de mi familia. Lo que estamos pasando los ciudadanos venezolanos es difícil, pero lo que sufren y padecen los sirios, afganos, iraquies, yemenis, sudaneses, colombianos, etc., es más terrible aún. Sentirnos mal porque no vamos a comer hallacas es comprensible pero muchas de estas familias no tendrán ni techo donde pasar las fiestas; sentirnos mal porque un familiar tuvo que irse del país puede entenderse pero muchas de estas familias en países en conflicto llevan un inmenso dolor porque un pariente ya no está en este plano.

Familia iraquí (padre y dos hijas) llegando a las costas griegas. El drama de muchas familias que huyen de la guerra fue capturado en esta foto, hecha por Daniel Etter (Premio Pulitzer-2016)

 ¿Que podemos hacer por la guerra? Nada o casi nada, directamente. Pero desde nuestros hogares podemos batallar contra la soberbia, el orgullo y el resentimiento, es decir, ese coctel peligroso que nos pudiera acercar a Siria tarde o temprano. Recuerden los tiburones están allí merodeando, son los mismo que nos chulearon, los mismo que nos vendieron espejos por oro, los mismo que nos vendieron el concepto globalizado de democracia y los mismos que retorcieron el concepto de dictadura, unos son azules otros son rojos; muchas cosas entran en juego en este tema pero la sensatez tiene un peso específico muy alto. Aprovechemos estas fechas de reencuentro familiar, para rescatar la tan utópica paz, la oración y la buena vibra sirve, pero más efectivo es la acción. Feliz y  próspero año 2017.

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